Si tienes niños pequeños, el origami es una excelente actividad manual para ellos, donde te puedes involucrar y ayudar al desarrollo de su imaginación, cognitivo y psicomotriz. En este artículo te enseñaremos cómo hacer los origami comecocos y otras formas de origamis que le resultarán fantásticas a los pequeñines.
El origami es un arte que viene de oriente, específicamente de China, pero popularizado por Japón, que consiste en doblar hojas de papel, sin usar ningún otro elemento adicional que no sea la fuerza mecánica para crear la figura. Puede ir de elementos muy simples hasta esculturas.
Las figuras de origami pueden ir desde elementos bidimensionales hasta elementos tridimensionales que pueden realizar alguna acción específica como ocultar algo, saltar, transformarse, entre otros.
El Origami y su beneficio en los niños
El origami ofrece muchísimos beneficios para nuestros hijos, primeramente, es una actividad muy sana que no expone a nuestros niños a contenido inapropiado como violencia o de índole sensual, tan comunes en los medios digitales y la televisión.
El origami a su vez incentiva la imaginación de nuestros hijos, ya que los motiva a hacer sus propias creaciones de origami. También aumenta particularmente la destreza mano-ojo y enseña a los hijos a cultivar la paciencia, una virtud muy importante.
Así mismo, nuestros hijos desarrollarán una mejor concentración a la vez que les ayuda a entrenar su inteligencia espacial al comprender conceptos de ubicación temporal. Definitivamente, un excelente pasatiempo.
Entre todas las figuras que existen en el origami, existen los Origami Paper Eats, una palabra anglófona que si tradujéramos al español vendría a significar “alimentos de origami”. En este artículo le daremos un tratamiento especial a este tipo de origami.
Si tu hijo tiene alguna dificultad para consumir determinado tipo de alimentos, esta actividad de crear alimentos a través del origami le puede influenciar para atreverse a probarlos e incluirlos en su dieta, ayudándolo a desarrollar una relación sana con los alimentos.
Inclusive, podrías aventurar a tu hijo a probar cocinas de otras partes del mundo a través de alimentos de origami y quizá generarle un interés temprano en la misma, creando nuevamente un pasatiempo muy sano.
Todas las posibilidades del Origami Comecocos
El papel usado para el origami es usualmente papel cuadrado o rectangular, sin embargo, este papel puede estar impreso con distintos motivos y diseños, de manera que podremos recrear fácilmente los patrones exteriores de frutas como fresas, naranjas, manzanas, aguacates, entre otras.
Si usamos papeles unicolores, podremos recrear un sinfín de figuras: cartones de leche o jugos (tus hijos podrían dibujar sobre el papel, dándole un nuevo plus al desarrollo de su imaginación), vasos de origamis con smoothies de origami, papitas fritas, tocino, huevos fritos de origami… no hay límites en esto.
Incluso podría crear ingredientes de origami y combinarlos entre ellos para formar nuevos alimentos. Como ensaladas de frutas de origami, o hamburguesas. El origami papar eats ofrece muchísimas posibilidades para que tus hijos tengan una sana diversión de calidad.
También podemos crear verduras de origami como zanahorias, puerros de papel, tomates, entre otras distintas figuras geométricas. Los colores del papel jugarán un papel muy importante en la creación de estas formas.
Existe también otro concepto variante del origami: El foodigami. El concepto de crear figuras de origami, pero comestibles, usando papel comestible de distintos tipos como papel de arroz, mandioca, o masas muy delgadas como masa philo u hojaldre muy delgada.
En la cocina hay un gran número de masas, especialmente de oriente medio y lejano, que son muy delgadas y con las cuales podemos hacer que nuestros hijos creen formas y nosotros darles una cocción adecuada para incorporarla en un platillo, y así tener una actividad que nos involucre con nuestros hijos.
Nuestro hijo podría hacer barquitos de origami con papel de arroz, y nosotros podríamos darle una fritura profunda rápida para cocerla y colocarlas sobre un caldo que fungiría como “mar”. De esta manera, nos alimentamos y nos divertimos junto con ellos.
No hay límites más allá que la imaginación para permitir que nuestro hijo se divierta y aprenda con el origami, y en caso de hacer foodigami, disfrutar de sus creaciones.