La apariencia de tu bebé
Tu recién nacido podría tener aún restos de lanugo en la piel, un vello muy fino que le protegía del líquido amniótico cuando estaba en tu útero. Este vello desaparecerá solo en poco tiempo, por lo que no debes de preocuparte.
Puede ser que su piel esté algo amarilla, debido a los niveles de bilirrubina en la sangre, y debería de desaparecer en la segunda semana después de su nacimiento.
Al principio mantendrá sus ojos cerrados casi todo el tiempo, pero poco a poco los mantendrá abiertos por períodos de tiempo más largos. Su visión alcanza a verte a ti mientras le alimentas (25 cm. aproximadamente).
Los cuidados de tu bebé
Tu bebé nace con el reflejo de chupar, por lo que cuando tenga hambre moverá su cabeza buscando tu pecho o el biberón. Alimenta a tu bebé con frecuencia, ya que al principio puede ser que tome muy poca leche en cada toma y no esté muy hambriento.
Tu recién nacido necesita sentir calor y cariño para sentirse seguro. Abrázale y háblale con suavidad para trasmitirle ese amor.
Acuesta a tu bebé siempre boca arriba para dormir.
Tu bebé no necesita que le bañes todos los días, ya que su piel es muy delicada y podría resecarse. Entre dos y tres baños a la semana será suficiente, ya que en realidad un recién nacido no se ensucia casi nada. Con que limpies su carita y la zona de los genitales cada día, será suficiente.