Los tintes para el cabello contienen químicos, siendo sus dos principales ingredientes el peróxido de hidrógeno y el amoniaco.
Se cree que el uso de tintes con químicos durante el embarazo puede ser un riesgo para el feto, sin embargo no existe ningún estudio que pueda probarlo.
Si el tinte entra en contacto con el cuero cabelludo, los químicos pueden ser absorbidos por la piel y podrían perjudicar al bebé.
Si la mujer desea teñirse el cabello durante su embarazo, se recomienda que lo haga pasado el primer trimestre, ya que es cuando el feto se ha formado y el riesgo de perjudicarlo es menor.
Lo mejor es usar tintes naturales con extractos vegetales como Henna, que aunque desaparecen en pocos lavados, no es dañino para el bebé.
Las mechas o reflejos se consideran más seguros que el tinte, ya que no se aplican en todo el cuero cabelludo.
Ante cualquier duda es mejor consultar con el médico.