Desde hace algún tiempo es cada vez más habitual ver a los bebés durmiendo envueltos en mantitas o muselinas. Conocida con el término anglosajón de “swaddle baby”, esta práctica consiste en envolver a los bebés recién nacidos siguiendo unos sencillos pasos para tranquilizar al bebé durante el sueño y facilitarle su adaptación al mundo al que acaba de llegar. Pero no todo el mundo está deacuerdo en que el “swaddle baby” sea beneficioso para el bebé. Analizamos a continuación los argumentos de quienes defienden su práctica y quienes la reprueban.
“Swaddle baby” o envolver a los bebés para dormir
El “swaddle baby” es una práctica tradicional que comparten muchas culturas. En Asia, África (y antiguamente también en Europa) las mamás envolvían a sus bebés para protegerlos del frío o de los animales. Hoy en día, sus defensores opinan que envolver delicadamente al bebé en un tejido natural y suave le calma, tranquiliza y le aporta un sentimiento de protección. Envolverle así le ayudaría a recordar las sensaciones que tenía hasta hace poco en el útero de su madre, facilitándole su adaptación a los nuevos estímulos que recibe ahora del mundo exterior.
Pero no sólo eso. También sería beneficioso para ayudarle con los cólicos, a matenerse calentito y, por tanto, a regular su temperatura corporal, o a evitar la tan temida muerte súbida del lactante o que se despierten por los reflejos o movimientos que realizan de forma natural durante el sueño.
Quienes critian esta técnica, sin embargo, estiman que envolver al bebé durante mucho tiempo o cuando está despierto podría ser perjudicial para su desarrollo ya que le impediría moverse con libertad llegando a provocar, en los casos más graves, problemas en la cadera.
En cualquier caso, los profesionales aconsejan informarse bien sobre la correcta manera de envolver al bebé, vigilando especialmente la posición de las piernas para no entorpecer el movimiento de las caderas, y limitar su tiempo de utilización.