Durante el embarazo se producen muchos cambios en el cuerpo de la mujer debido a las hormonas y el aumento de peso. Una de las partes del cuerpo que más nota estos cambios son los senos, ya que se vuelven más grandes durante el embarazo pero pueden perder su forma y caerse después del parto y la lactancia.
Aunque hay mujeres que aceptan su cuerpo sin complejos cuando se convierten en mamás, también hay muchas que no se sienten a gusto con ciertas partes de su cuerpo después del embarazo, por lo que se vuelven más inseguras y pueden incluso llegar a deprimirse.
El pecho caído es una de las secuelas físicas que puede dejar el embarazo y cada vez son más las mujeres que recurren a la mastopexia para levantar el busto y recuperar su autoestima. Hay que aclarar que lo que causa la caída del pecho no es la lactancia, sino el embarazo, por lo que no dejes de dar el pecho a tu bebé por miedo a que se te caigan los pechos.
Los factores que afectan la caída del pecho son, según un estudio publicado en la revista Aesthetic Surgery Journal 2008, el índice de masa corporal, el número de embarazos, un tamaño grande de pecho antes del embarazo, la edad y ser fumadora.
La mastopexia, o elevación de la mama, es una intervención que consiste en devolverle firmeza al pecho. Hay 3 tipos de mastopexia y cada una de ellas provoca cicatrices diferentes: El método tradicional de T invertida, que se llama así porque requiere incisión en forma de T; el método Mastopexia con cicatrices periareolares (bloque redondo); y el método Mastopexia con cicatrices periareolares y verticales.
La mastopexia es una intervención sencilla y el precio medio es de 7.000€
También hay mujeres que después del embarazo se quedan con el pecho vacío, lo cual no debe confundirse con pecho caído, ya que se corrige de otra manera.