Un bebé con icterina presenta una piel, mucosas y ojos amarillentos. Esto se debe a que las cantidades de bilirrubina en su sangre son altas.
La icterina fisiológica es muy común en los recién nacidos y se debe a que el hígado no está aún lo suficientemente maduro. Suele desaparecer por si misma en unos días. Siempre hay que avisar al médico si el bebé tiene un color amarillento.
La ictericia patológica es una condición que puede ser peligrosa y se presenta en niños y adultos. Su origen puede ser por varios motivos: icterina por lactancia, incompatibilidad sanguínea, trastornos genéticos, enfermedades de la sangre, cirrosis, enfermedades hepáticas, atresia biliar, malaria o anemia hemolítica.
En la mayoría de los casos la ictericia que presenta un recién nacido es inofensiva y desaparece a los pocos días. Sin embargo, hay ocasiones en las que los niveles de bilirrubina en la sangre son muy altos, lo cual podría causar algún daño al bebé. Lo más importante es detectarla y tratarla a tiempo para evitar complicaciones.