La infección o fiebre puerperal es una complicación que ocurre durante el puerperio.
Consiste en una infección del aparato genital que va acompañada de fiebre, malestar general y, en algunos casos, de sudores y taquicardias.
Puede presentarse en diferentes partes del aparato genital, como el útero, la herida de la episiotomía, o la herida de la cesárea (laparotomía).
La infección puerperal puede presentarse por diferentes factores. Algunas de las causas pueden ser hemorragias fuertes, una mala higienización genital, un parto largo y complicado, o restos de placenta en la matriz.
No todas las fiebres que se presentan tras el parto se deben a una infección, sin embargo siempre es recomendable consultar con el médico en caso de que ésta se presente.
Si además de fiebre tienes dolor genital y abundante hemorragia con mal olor, deberás de acudir al médico urgentemente, ya que podría tratarse de una infección de la mucosa que reviste el útero.
Para tratar la infección puerperal se administrarán antibióticos para eliminar el microorganismo que la causó. Para aliviar el dolor y bajar la fiebre se tomarán analgésicos, pero siempre siguiendo las recomendaciones del médico.