Tener un parto natural significa no usar ningún tipo de anestesia ni medicación en el momento de dar a luz.
Para aliviar el dolor en el momento del parto, se realizarán técnicas de relajación y respiración que se aprenden durante el embarazo.
Existen varios mótivos por los que una mujer decide tener un parto natural. Uno de ellos puede ser el temor a los medicamentos, ya sea por sus efectos secundarios o por cómo pueden afectar al bebé. Otra razón de elegir un parto natural es vivir esa experiencia como algo natural y no como un trastorno médico.
En un parto natural se intenta además evitar cualquier tipo de intervención médica, como la episiotomía, la cesárea o el monitoreo continuo, por lo que debe de ser practicado solamente por mujeres con embarazos de bajo riesgo.
Dónde y cómo se realiza el Parto Natural
El parto natural suele realizarse fuera del hospital, ya sea en la propia casa o en centros de alumbramiento que se especializan en partos naturales.
Durante el parto, la mujer tiene la libertad de caminar, moverse, sentarse en una pelota grande, bañarse y adoptar distintas posiciones para sentirse más cómodas y aliviar el dolor.
Para la comodidad y el bienestar de la mujer que está dando a luz se suelen utilizar algunas técnicas como masajes, hidroterapia, relajación y compresas húmedas, ya sean frías o tibias.
En un parto natural se suele permitir la presencia de varios familiares, aparte del padre. Una doula también puede acompañar a la madre para asistirla durante el parto. Tras el nacimiento se permite al recién nacido pasar más tiempo con la madre.
Se da el caso de mujeres que desean tener un parto natural pero en el momento del parto no pueden soportar el dolor y piden anestesia. No hay que sentirse mal por esta situación, ya que lo importante es tener una experiencia de parto agradable y poder recordarla como algo gratificante, ya se hayan usado medicamentos o no.
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