La costumbre de chuparse el pulgar es algo muy común en los niños, sobre todo cuando son bebés.
Hay niños que ya se chupaban el dedo desde antes de nacer y siguen son este hábito hasta que son mas mayores.
A los niños les da tranquilidad chuparse el dedo, o pueden hacerlo cuando tienen hambre, se sienten cansados o están aburridos.
Hay niños que siguen chupándose el dedo hasta que cumplen los 8 años. Hay que hacer lo posible para que el niño deje de chuparse el dedo antes de cumplir los 4 años de edad, ya que es cuando aparecen los dientes permanentes y pueden verse afectados.
A los padres nos preocupa mucho que nuestros hijos se chupen el dedo, sobre todo si pasa el tiempo y no dejan este hábito, ya que pensamos que puede ser perjudicial para su dentadura y boca.
El problema llega cuando aparecen los dientes permanentes del niño, ya que si continúa chupándose el dedo, podrá afectar la alineación de los dientes y el crecimiento de la boca.
El factor más importante para saber si el niño sufrirá o no problemas dentales, es la intensidad con que se chupa el dedo.
El niño que coloca su dedo en la boca pero no succiona con fuerza, tiene menos riesgo de problemas dentales. Los niños que succionan el dedo enérgicamente, podrían tener problemas en los dientes de leche.
Lo mejor es consultar con el dentista si notas cambios en los dientes primarios (de leche) de tu hijo.