El eructo en bebés, a veces se puede convertir en una tarea más que complicada. Hay algunos bebés que pueden llegar a tardar hasta 20 minutos en hacerlo, para desesperación de las mamás.
El eructo en bebés es necesario, ya que en la alimentación les entra aire, y como aún no tienen el tracto intestinal totalmente maduro, si no lo hacen, pueden regurgitar, tener gases y sentirse mal en general, por lo que acabarán llorando más de la cuenta.
¿Cómo conseguir el eructo en bebés?
En realidad, lo único que hace falta son unos golpecitos suaves (muy suaves) en la espalda y un poco de paciencia. Al final lo harán, y cada día que pase, lo harán con más facilidad porque aprenderán a que se sienten bien cuando lo hacen.
Puede haber distintas posturas que puedes experimentar hasta lograr la que tu bebé consigue hacerlo lo más rápido posible:
– Siéntate bien erguida y apóyalo contra tu pecho. La barbilla del bebé debería quedar por encima del hombro. Lo aguantas con una mano y con la otra le vas dando los golpecitos. Con calma, sin ponerte nerviosa porque pasa rato.
– Sienta al bebé en tus rodillas y con el brazo por su espalda, apoya su cabecita en tu mano. Háblale, sonríele, hazle carantoñas como si no quisieras que hiciera un eructo, y al final, lo hará…
– Coloca al bebé tumbado boca abajo en tus piernas mientras estás sentada. Que la cabeza siempre queda más levantada que su cuerpo, pero un poco en volandas. Dale también ligeros golpecitos en la espalda y mantente tranquila. También es una postura que sienta muy bien.
Otras consideraciones sobre el eructo en bebés
– Si ves que el bebé, mientras le das de mamar, se muestra muy movido e inquieto y no es habitual en él, quizá es que le haya entrado mucho aire y le moleste. Interrumpe un momento la comida, que haga el eructo, y luego sigues. Cuando termine, que haga otro. Quizá éste te cueste un poquito más.
– Algunos bebés suelen tener más gases que otros. Si es el caso de tu niño, puedes mirar de hacer el proceso anterior. No esperes a que acabe del todo, si no que lo haga dos veces.
– Si es muy proclive a hacer regurgitaciones, o sufre de reflujo gastroesofágico, es mejor que incluso después de hacer hecho el eructo, lo mantengas unos 15 minutos bien erguido, para tratar de evitarlo y que se le asiente bien la comida en el estómago. De todas formas, no es algo que revista ninguna gravedad.
– Si tu niño no deja de llorar cada día durante más de tres horas, sobre todo al final del día, y le lleva pasando esto al menos 3 semanas seguidas, es posible que tenga cólico. No se han de confundir con los gases. A veces eructar les puede aliviar, pero ya no sería cólico. Recuerda que el cólico del lactante lo ha de diagnosticar un pediatra y es él el que decidirá el mejor tratamiento para tu bebé.
Escrito por Beatriu Dàvila para EntreChiquitines.com