Sarah Capewell es una madre inglesa que tuvo que ver como su hijo prematuro moría en sus brazos al no recibir ningún tipo de asistencia médica.
Jayden nació con 21 semanas y 5 días de gestación. La Asociación Británica de Medicina Perinatal establece el requisito de atender solo a bebés prematuros nacidos después de la semana 22, por lo que el bebé Jayden no pudo salvarse.
Tras nacer el bebé, la desconsolada madre suplicó ayuda a los médicos, pero éstos se negaron a aistir al pequeño, porque había nacido dos días antes de lo permitido.
Jayden vivió por casi 2 horas, respirando y moviendo sus brazos y piernas, pero al no ser atendido murió en los brazos de su madre.
Sarah Capewell, de 23 años, tiene una hija de 5 años llamada Jodi.
Dos años antes de que naciera Jayden, una bebé prematura llamada Amillia Taylor nacía en Florida con tan solo 21 semanas y 5 días de gestación. Amillia tiene ya casi 3 años y crece con normalidad. Es la bebé más prematura que ha sobrevivido.