Muchos padres se preguntan y se angustian por si deben o no coger a su bebé cuando llora, ya que piensan que a largo plazo puede terminar acostumbrándose a estar al brazo.
La mayoría de los recién nacidos lloran, ya que es su forma de comunicar al adulto lo que le ocurre ya sea por hambre, dolor o frío, y precisamente durante los primeros meses de vida es fundamental la respuesta de los padres hacia ese llanto, puesto que está formándose el vínculo afectivo. De hecho, numerosos estudios sobre niños en orfanatos demuestran que solo satisfacerles las necesidades de hambre, sueño e higiene no es suficiente para el desarrollo normal del pequeño, es decir, para la formación de un apego seguro.
Con respecto al apego, es decir, esa unión afectiva entre los padres y el bebé, muchos autores consideran que esas interacciones tempranas (cogerlo en brazos cuando llora, darle el pecho, acariciarle) están relacionadas con la posterior capacidad que tendrá para entablar nuevos vínculos.
Al contrario, el hecho de dejarles llorar es estresante para ellos, que como hemos visto perjudica en su desarrollo emocional, pero también puede afectar a su sistema inmunológico, debido a la ansiedad que les genera.
Es normal que los padres puedan pensar que le están malcriando por cogerlo en brazos si llora, pero en realidad le están brindando la oportunidad de tener un contacto físico agradable y sentirse protegido por el adulto.
Por todo esto, mis recomendaciones son:
- Si llora es porque necesita algo así que atiéndele lo antes posible.
- No te quedes corto en abrazos, caricias y besos porque tu contacto le beneficiará.
- No le estás mimando, le está dando la seguridad para explorar su ambiente y crear nuevos vínculos posteriores.
Escrito por Laura Cifuentes, Psicóloga de Escuela de Superpadres
