Cuento Infantil: La hormiguita exploradora

En una lejana montaña llena de árboles grandes y pequeños y de todos los tipos, tanto frutales como de mucha sombra, vivía una hormiguita llamada Vía con toda su familia.

Todos eran muy trabajadores, se levantaban muy de mañana apenas asomaban los rayos del sol; así que, luego de recibir las instrucciones de la reina, todas las hormigas obreras se iban en filita a buscar comida para alimentar al hormiguero.

Otros soldados, recibían la tarea de cuidar a la reina y a las crías para protegerlos de depredadores, por lo tanto y sin más contratiempos, cada una empezaba su labor de trabajar en equipo para que todo terminara en éxito al caer la noche.

La hormiguita Vía siempre observaba el ejemplo de cada una, pero también prestaba atención a otros miembros de la naturaleza y un día quedó muy encantada con los pájaros, tanto fue así, que ella deseaba ser uno, en vez de ser hormiga.

Ella pensaba que ser pájaro era mucho mejor que ser hormiga, porque opinaba que estas aves eran libres y podían volar adonde quisieran, explorar nuevos horizontes, comer de este árbol y luego del otro, romper filas sin tener que depender de órdenes.

Vía se daba cuenta de que ella tenía que caminar detrás de otras hormigas y no podía ser libre, y esto se repetía día tras día y le era imposible poder irse a otro lugar a conocer, tal como lo hacían los pájaros que ella siempre veía.

Vía rompe filas 

Cierta noche, Vía decide escapar antes de que su familia despierte y emprende un viaje nocturno, pero lo que ella no sabía era los posibles peligros a los cuales podría enfrentarse.

Una vez que dejó su casa, se dio cuenta de que sus ojitos diminutos no estaban hechos para ver en la oscuridad. Estaba muy desorientada, pero siguió su rumbo para subir a aquel árbol donde ella observó al ave libre, así que se orientó por lo que ella recordaba.

A veces, tropezaba con ciertos árboles, ramas, piedras y hasta con animales peligros. Una señora búho le dice, hormiguita, ¿tú qué hacer por ahí solita?, ten mucho cuidado porque cerca se encuentra la casa de tu peor enemigo, el oso hormiguero y si te encuentra te puede atrapar con su pegajosa lengua.

Entonces, la hormiguita traviesa empezó a tener mucho miedo, todas sus patitas empezaron a temblar hasta sus antenitas, pero ya no podía volver, porque no encontraba su camino a casa.

Entonces, se escondió debajo de una hoja y empezó a llorar, cuando de repente empieza a sentir algo caliente en su lomo y luego a sentir mucho calor en su cuerpo, y cuando salió de la hojita para ver lo que pasaba, pues, ya era de día y era el sol que la calentaba.

Así que, sin más remedio empezó a buscar a su familia porque se dio cuenta de que su supervivencia dependía de su equipo completo, quienes siempre transitaban desde la mañana; repentinamente, vio a los lejos un caminito de hormigas y se acerca, y sí, se trataba de su familia.

Vía reflexiona

Vía salió corriendo para abrazar a su mamá y se cruzaron con sus antenitas en señal de amor y comunicación, así que le contó a su madre lo que ella pensaba: que deseaba ser pájaro en vez de hormiga.

Entonces, su mamá le expresó la importancia y la responsabilidad que tenía como hormiga, y le dijo: Vía tu eres una hormiguita muy importante, sin nosotras, las hormigas, la tierra sería un desastre, muchos animales desaparecerían, muchas plantas no existirían y las semillas que tanto nos gustan no estarían.

Con esa explicación Vía reflexiona y se da cuenta de lo importante de su papel y decide con su familia encargarse de proteger su hormiguero y al planeta.