Nada más nacer, son los bebés los que deciden con qué frecuencia y durante cuánto tiempo deben de alimentarse. Según crezca el bebé y tu suministro de leche aumente, el bebé tomará más cantidad de leche en cada toma y lo hará en intervalos de tiempo más separados.
Un recién nacido suele alimentarse entre 8 y 12 veces en un día completo (24 horas), o lo que es lo mismo, entre cada 1 hora y media a 3 horas.
Los bebés necesitan ser alimentados cuando tienen hambre, por lo que deberás de amamantarlo cuando lo pida, sin seguir horarios específicos. Es necesario observar a tu bebé para aprender cuales son las señales de que tiene hambre. Estas señales pueden ser que se chupe los dedos, que mueva la boca, o que acerque su boca hacia tu pecho si le tienes en brazos. Cuando un bebé tiene hambre y no es alimentado comienza a llorar, lo cual es una señal de hambre tardía.
Hay bebés que no piden ser amamantados con suficiente frecuencia, por lo que es necesario animarle a comer. Si tu recién nacido no está siendo alimentado al menos 8 veces en un día completo (24 horas), aunque no muestre señales de hambre, deberás de ofrecerle el pecho para que se alimente.
Los recién nacidos suelen quedarse dormidos cuando están siendo amamantados. Para que continue comiendo si todavía no ha tomado suficiente leche, puedes despertarle con suavidad tocándole los pies, la carita, las piernas o la espalda.
Siempre permite al bebé vaciar el primer pecho que le ofreces. Cuando se separe del pezón o cuando ya se quede dormido, sácale los gases y ofrécele el otro pecho. Algunos bebés se quedan llenos con un solo pecho, lo cual está bien y es algo normal. Cuando vuelvas a alimentarlo en la siguiente toma, entonces comienza con el otro pecho.
Es importante alimentar al bebé siempre que tenga hambre, de esta manera aumenta la reserva de leche en la madre, se refuerza el sistema inmunológico del bebé, y ganará peso más rápido.
Algunas veces puede ser que tu bebé se alimente mucho durante una toma, saltándose la siguiente. Esto es normal y de esta manera el bebé dormirá más tiempo durante la noche.
Si los pezones te duelen demasiado, tienen grietas o sangran, es debido a un mal acople del pezón y la boca del bebé, por lo que deberás de lograr que el bebé se agarre correctamente al pezón para evitar estas molestias.