El baño del bebé debe de ser un momento de tranquilidad y que sirva para relajar al niño antes de acostarlo, de esta manera dormirá mejor. Los padres deberán de estar calmados cuando bañan a su hijo, y así trasmitirán tranquilidad y bienestar al bebé.
Lo más importante es estar bien preparados y tenerlo todo al alcance de la mano mientras se baña al bebé. La temperatura de la habitación donde le bañemos deberá de ser agradable (entre 22 y 25°C) y sin corrientes de aire, por lo que deberás de mantener la puerta cerrada.
Los jabones que utilices para limpiarlo tienen que ser suaves y especiales para bebés. El agua debe de estar tibia, entre 34 y 37°C. Puedes usar un termómetro sumergible para asegurarte de que el agua está a la temperatura correcta. Si no tienes un termómetro sumergible, puedes usar tu codo para comprobar que el agua no está demasiado caliente ni demasiado fría.
A algunos bebés no les gusta nada que les bañen y lloran durante todo el proceso. Intenta estar relajada para trasmitirle al bebé tranquilidad. Para que se sienta seguro agárrale con firmeza. Situada a un lado de la bañera pasa tu brazo por debajo de su espalda, hasta que tu mano sostenga la axila del bebé y su cabeza quede apoyada en tu antebrazo.
Lava siempre la cara aparte, con una toallita mojada pero sin jabón.
Para limpiar su espalda puedes darle la vuelta. Pasa tu brazo por debajo de su pecho, hasta que tu mano agarre su axila.
Otros consejos a la hora de bañar al bebé:
- No le dejes en el agua demasiado tiempo, ya que podría enfriarse.
- Cuando el bebé cumpla los 6 meses y ya pueda sentarse con apoyo, puedes bañarlo en la bañera grande, pero siempre estando con el por si se resbala.
- Nunca bañes al bebé después de haber comido, sino antes de la toma.
- Nunca introduzcas bastoncillos en el oído ni la nariz del bebé, ya que puede ser peligroso. Utilízalos solamente para limpiar la parte exterior de las orejas, nunca adentro.
- No utilices polvos de talco en el bebé.
- Coloca la bañera en un lugar donde te resulte cómodo bañar al bebé y esté a la altura adecuada.
- Puedes aprovechar el momento del baño para conectar mas con tu bebé. Háblale con suavidad y cántale mientras lo bañas.
Los recién nacidos no necesitan que se les bañe todos los días. Con bañarlo 2 ó 3 veces a la semana será suficiente. Hay que utilizar siempre jabones especiales para bebés, para no irritar su piel. La cabeza se le puede lavar una vez a la semana.
- Hasta que el ombligo se caiga lo mejor es dar al recién nacido un baño de esponja, es decir, sin sumergirlo en el agua. Para darle un baño de esponja deberás de colocarlo sobre una o varias toallas, para acolchar la superficie y que el bebé esté cómodo. Utiliza una gasa o una bolita de algodón humedecida con agua para limpiar sus ojos. Límpialos desde el interior hacia afuera, utilizando un algodón diferente para cada ojo. Lávale la cara con una toallita mojada solamente con agua. Luego puedes lavarle el cuerpo con agua y jabón, dejando para el final el área del pañal. Enjuágale con agua limpia y luego sécalo suavemente.
- Cuando el ombligo ya se ha caído puedes sumergirlo en una bañera para bebés, en el fregadero o lavabo. Nunca dejes al bebé solo ni por un segundo. Lava su cara usando una toallita con agua, sin jabón. Luego limpia su cuerpo con agua y jabón. Por último limpia el área del pañal. Lava su pelo con champú para bebés y enjuágalo con agua tibia y limpia. Sácalo del agua y envuélvelo en una toalla para secarlo.