Los vínculos entre p/madre e hijo es un proceso que se va formando desde el embarazo, se va consolidando durante los primeros meses de vida del bebé y su impacto perdura durante toda la vida. Tiene una parte biológica, probablemente relacionada con la conservación de la especie, ya que, el bebé necesita vincularse con sus progenitores para su supervivencia y esta necesidad va más allá del alimento. El bebé necesita ser estimulado y tomar contacto con la madre, especialmente durante los primeros días de su nacimiento.
La madre a su vez necesita vincularse con su hijo, ya que es a través de esta interacción cuando fisiológicamente va generando hormonas como la oxitocina y prolactina, que favorecerá la lactancia y le ayudará a responder adecuadamente a las demandas del bebé. Entre mayor contacto, los padres van aprendiendo a conocer mejor a su hijo y entenderán mejor sus necesidades. Por el contrario, existen estudios en animales y seres humanos donde una vinculación deficiente genera desapego emocional, desinterés en las necesidades del pequeño e incluso violencia.
Algunas acciones que favorecen el contacto y ayudan a generar vínculos positivos con tu bebé son:
- El contacto ocular.
- El contacto físico: Las caricias, los abrazos, los besos, darle masajes.
- La comunicación: Hablarle, contarle cuentos, contarle lo que haremos durante el día, escucharle.
- La calidad en los cuidados del niño: Atención a sus necesidades de alimentación, sueño, higiene, controles médicos.
Por el contrario, algunas acciones que pueden interrumpir una buena vinculación son:
- Una separación prematura y/o muy prolongada entre la madre y el bebé
- Cuidados sustitutivos de mala calidad como estar expuesto a conductas negligentes, cambiar constantemente de cuidadores, etc.
- El estrés presente en las familias: Cuando hay conflictos entre la pareja ó problemas dentro del núcleo familiar hay mayor predisposición a cometer conductas irresponsables en el cuidado de los hijos.
- Factores psicológicos de la madre como: exceso de falta de seguridad en sí misma, depresión ó situaciones personales no resueltas.
Los p/madres emplean muchas horas del día en limpiar al bebé ó en procurarle una buena alimentación pero a veces olvidan que el mirarles a los ojos, hablarles y dedicarles tiempo para jugar, para compartir…son elementos igual de importantes para su desarrollo físico y emocional.
Un bebé que recibe la estimulación y el contacto físico amoroso de sus padres, el tiempo que el necesite, es un bebé que se sentirá acompañado, protegido, amado y escuchado. Los padres que procuran generar vínculos íntimos con sus hijos aprenden a desarrollar mejor su instinto y pueden detectar mejor las necesidades de sus hijos.
Cuando el bebé es provisto de una adecuada nutrición emocional, no solo nos estamos acercando a él en ese momento, sino también estamos dotándole de medios más saludables de afrontar momentos difíciles, que aplicará más adelante cuando se sienta vulnerable, desbordado y/o acongojado.
Escrito por Katy Gutiérrez Herrera, psicóloga y educadora de masajes para bebés, para EntreChiquitines.com