Las alergias no solo afectan a los niños y adultos en primavera, sino que también durante el verano siguen presentes.
Los síntomas de alergias de verano relacionadas con el polen son los estornudos, ojos llorosos, irritación de garganta, congestión nasal o secreción nasal líquida.
Durante el verano aumentan el número de enfermedades respiratorias como el asma.
Los niños y adultos que no tienen alergia al polen pueden sufrir alergias de verano causadas por otros factores, como la contaminación del aire, el polvo en casa, el cloro, el sol o las picaduras de insectos.
Lo más importante para poder tratar una alergia es conocer su causa. Una vez que sepas la causa ya puedes tomar las medidas adecuadas.
Para evitar las alergias hay que evitar lo que las provoca. Para tratar la alergia al polen es necesario que el médico recete un tratamiento.
Siempre que sospeches de que tu hijo sufre una alergia, deberás de consultar con el médico.