Seguramente hayas escuchado alguna vez que durante el embarazo empeoran algunos defectos de la vista, como la miopía.
Efectivamente la vista se ve perjudicada durante la gestación en aproximadamente un 20% de mujeres, pero la buena noticia es que es solo algo transitorio.
Durante el embarazo, el parto y la lactancia, las superficies de la córnea y el cristalino se dilatan debido a una excesiva retención de líquidos, lo cual provoca un aumento de la graduación de hasta una dioptría.
Sin embargo no será necesario cambiar la graduación de las gafas o las lentes de contacto, ya que en casi todos los casos este aumento desaparece después del parto.
Embarazo y Oftalmólogo
Es recomendable que todas las mujeres miopes visiten al oftalmólogo durante el embarazo, ya que si sufren alteraciones en la retina (deterioro, debilidad o desgarro), podrían ocurrir complicaciones durante el parto vaginal, como rotura o desprendimiento de retina, o hemorragia ocular.
Tras el parto también es necesario volver al oftalmólogo para realizar una revisión. Las mujeres con una miopía alta deberán de volver inmediatamente tras el parto, mientras que las que tienen poca miopía pueden esperar hasta 3 meses.
En la visita al oftalmólogo después del parto se comprobará el estado de la retina y se graduará la vista.
El embarazo y el uso de lentes de contacto
Los cambios hormonales que se sufren durante el embarazo pueden provocar una intolerancia a las lentes de contacto, manifestándose con síntomas como molestias en los ojos. Si esto ocurre es recomendable dejar de usar las lentillas y usar solo gafas hasta pasados unos meses después del parto.